lunes, 25 de junio de 2012

El molino califal de la Calle Salvador Giner de Valencia


A la vista de la noticia aportada por Guillermo Blanc leída en:
http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blogs/esto-es-patrimonio-y-qu?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+arqueologos+%28ARQUEOLOGOS%29 que recoge el artículo publicado en el diario El País de 17 de junio de 2012 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/06/17/valencia/1339952899_775132.html  acerca de la situación de abandono en la que se encuentran los restos del molino califal de la calle Salvador Giner de Valencia, hemos pensado abrir el desván de nuestras intervenciones para recordar algunos datos relacionados con lo que queda de este edificio de nuestro pasado.
Nosotros no excavamos el molino califal en sí. Esta fue una labor realizada por nuestra colega Beatriz Arnau (1999) tras una prospección previa de sondeos mecánicos a cargo de la arqueóloga Rafaela Soriano (1997). Los resultados de aquella primera intervención fueron publicados en varios trabajos firmados por Javier Martí y Beatriz Arnau.
Nuestro trabajo (2005) consistió en la excavación del resto del solar en el que se encuentran las estructuras de molienda islámicas.
Restos del molino y prolongación de la acequia de salida del agua.
Entre otros muchos hallazgos, destaca en particular el descubrimiento y documentación de la acequia de salida de agua del molino, que posiblemente ha de ponerse en relación con un brazo de la antigua acequia de Rovella.
Como consecuencia de esta excavación, elaboramos, en compañía de los arquitectos Francisco Serrano Rubio y María P. López Montesinos, un Proyecto de Exposición y Puesta en Valor de los restos arqueológicos que fue entregado en la Conselleria de Cultura en febrero de 2005.
En dicho proyecto se contemplaba la integración de los restos arqueológicos en el edificio de nueva construcción que se preveía ejecutar en el solar de la calle Salvador Giner, núms. 3 y 7. Para ello se preservó un espacio subterráneo que era visible desde el zaguán del edificio, existiendo además la posibilidad de que este espacio fuera accesible a visitas a través de una escalera que posibilitaba el recorrido completo alrededor de los mismos. La exposición se veía complementada con la elaboración de una serie de carteles explicativos que se colocaban en el zaguán y en la puerta de entrada al edificio nuevo.
Lamentablemente, el edifico proyectado no llegó a construirse nunca, por lo que nuestro proyecto jamás se llevó a cabo.
Desde entonces hasta ahora, desconocemos si se ha tomado alguna iniciativa desde las administraciones competentes para dar solución a la deteriorada situación en la que se hallan los restos del molino, siendo el resultado final, a día de hoy, el de unas estructuras de gran valor histórico y arqueológico para la ciudad de Valencia que duermen el sueño de los justos arropadas por la maleza y el arrullo de los gatos del vecindario.

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